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Un imperio cognitivo

Hacia una inteligencia artificial regional y representativa de todos nuestros pueblos

 


Felipe Castro Quiles en la Reunión Plenaria Americas Business Dialogue del Banco Interamericano de Desarrollo discutiendo el Task Force de Inteligencia Artificial de IDB
AI Taskforce

El presente que estamos construyendo nos ofrece una oportunidad única para reescribir las reglas del progreso. En esta nueva era, en lugar de centrarnos únicamente en lo académico, político o teórico, debemos adoptar un enfoque práctico y orientado a la industria que integre todos los sectores, fortalezca la participación ciudadana y promueva un mundo cada vez más interconectado, transformado por sistemas autónomos. Esta evolución es, sin duda, el resultado de una profunda transformación industrial. Si bien la inteligencia artificial ha emergido como la nueva frontera del conocimiento, su verdadero potencial radica en ser el motor del poder y la transformación social, impulsada por la automatización de procesos industriales, que nos conducen hacia un futuro con menos recursos y más personas. Hoy en día, la IA tiene la capacidad de definir el rumbo de nuestras economías, nuestra salud, nuestras decisiones políticas e incluso nuestra identidad colectiva. Sin embargo, mientras las grandes potencias dominan la narrativa de la IA, la mayoría de los pueblos del mundo siguen relegados a un papel secundario en el desarrollo de estas tecnologías. Lejos de ser un reflejo de la pluralidad humana, la IA se está configurando según los intereses de unos pocos, concentrados en prácticas socioeconómicas predominantes, olvidando la esencia misma del aprendizaje automático, que por naturaleza es universal.

 

Pero ¿qué sucedería si la IA, en lugar de ser un instrumento que centraliza la toma de decisiones y descentraliza los datos, diera un giro radical y centralizara los datos, mientras descentraliza el poder de decisión? Probablemente, la inteligencia emergente no solo unificaría, sino que estaría construida sobre las realidades y valores de todos los pueblos, entrenada para consolidar los beneficios de todas las comunidades mediante un enfoque inclusivo, que priorice el bienestar colectivo y la sostenibilidad a largo plazo, respetando la diversidad de cada contexto.

 

Imaginemos un ‘imperio cognitivo’ no de un solo país, sino de todos y todas, donde la inteligencia artificial no solo refleje las perspectivas occidentales, orientales o de las grandes corporaciones, sino que integre las voces de todas las culturas, lenguas y realidades humanas. Una IA así podría servir como base sólida para construir una economía colaborativa, en tiempos de transición hacia un futuro más equitativo. Este tipo de IA tiene el potencial de cambiar el destino de la humanidad, unificando el sector privado, el público y el tercer sector, para transformar los datos que hoy alimentan un sistema incompleto en un modelo global más balanceado.

 

El Contexto Actual de la IA: Un Juego de Silo

 

Bien lo dijo Francesca Rossi en el pasado AI for Good Global Summit: "Un futuro ideal es un futuro sin 'silos'". Lo que necesitamos es asegurar un futuro que sea no solo más que humano, sino profundamente humanista. Hoy, la mayor parte de la investigación y desarrollo de la IA se concentra en unos pocos centros de poder. Las grandes naciones tecnológicas, como Estados Unidos y China, lideran este avance, mientras que regiones como América Latina, África y Asia meridional siguen rezagadas debido a las desigualdades históricas que limitan el acceso a un desarrollo tecnológico equitativo, impulsado por datos, responsable e inclusivo. Los recursos financieros y humanos que controlan el acceso a los datos perpetúan una brecha creciente en el desarrollo de estas tecnologías. Irónicamente, esta concentración de poder frena el progreso socioeconómico, industrial y humano de la revolución tecnológica que debería ser impulsada por la capacidad cognitiva de las máquinas, para liberar a la humanidad de tareas repetitivas y limitantes.

 

Este ‘imperio cognitivo' emergente debe construirse para establecer nuevos parámetros que reflejen los intereses, necesidades, características y valores humanitarios. Así, en lugar de reproducir desigualdades sociales y económicas, la IA puede promover la inclusión, el respeto mutuo, la industrialización sostenible y la equidad global. Los datos que alimentan las máquinas, generados mayoritariamente por la interacción comercial, industrial y económica de las regiones desarrolladas, finalmente podrían ser utilizados para empoderar a la naturaleza, al colectivo humano y para preservar la mutualidad de ambos.

 

La transición hacia un ‘imperio cognitivo' nos ofrece la oportunidad de construir el futuro que todos deseamos: un futuro que integra las perspectivas y aspiraciones de todos los pueblos fomenta la colaboración global y optimiza lo local. La IA nos permite trabajar con datos de manera objetiva, eliminando los sesgos de las opiniones, un avance que optimiza la industria, impulsa el progreso económico y mejora la calidad de vida.

 

En lugar de ver la fragmentación del conocimiento como una barrera, transformémosla en un puente que conecte prácticas comerciales esenciales para todos los sistemas, así como las fortalezas de todas las culturas y pueblos. Este enfoque transformador facilitará una cooperación más efectiva entre sectores y regiones, impulsando la innovación a una escala global que es tan necesaria como el progreso mismo. Crear una inteligencia artificial universal y representativa es una de las mayores oportunidades para garantizar que las decisiones tecnológicas beneficien tanto a tus seres queridos como a las colectividades a las que pertenecen, reflejando la diversidad y riqueza de nuestras realidades compartidas. Con datos abiertos, el bien común prevalece. Es en este contexto de transformación global donde el cambio hacia un modelo inclusivo y colaborativo toma fuerza.

 

Replanteando el progreso: Un imperio cognitivo que construyen las Américas

 

Dicho esto, hoy, salgo con entusiasmo de la reunión plenaria del Diálogo Empresarial de las Américas del Banco Interamericano de Desarrollo, celebrada en Washington, D.C. En este encuentro, discutimos las estrategias del nuevo AI Taskforce, un esfuerzo regional que marca un hito en la colaboración intercontinental y que prepara el terreno para la próxima Cumbre de las Américas, a celebrarse en diciembre de 2025 en la República Dominicana.

 

Como comunidad regional, las empresas líderes de todos los tamaños nos enfrentamos a un reto histórico: cambiar la narrativa que ha concentrado el poder tecnológico en manos de unos pocos, y dar espacio a las voces de las regiones que históricamente han sido excluidas de estas decisiones. Esta es una oportunidad invaluable para transformar las industrias clave de nuestra región en motores globales de innovación inclusiva, justicia social, representatividad y desarrollo sostenible, desde una perspectiva empresarial que valore y aproveche las capacidades únicas de un hemisferio reconocido por su resiliencia.

 

Me complace anunciar que, junto al liderazgo visionario del gobierno dominicano y el Banco Interamericano de Desarrollo, hemos comenzado a imaginar un giro radical en la forma en que concebimos el desarrollo de la inteligencia artificial en este lado del mundo. ¡Un nuevo imperio cognitivo en el que todos y todas participamos es más posible que nunca!

 

Por lo tanto, en lugar de ser un instrumento que unifica las decisiones y distribuye el acceso a los datos, ¿y si la IA fuera diseñada para unificar los datos y distribuir el poder de decisión? Este cambio de paradigma ofrece una oportunidad sin precedentes para reconfigurar la relación entre la tecnología, el progreso socioeconómico, la naturaleza y las sociedades. Crear una IA que respete y potencie las culturas, valores y necesidades de todos los pueblos, asegurando que el progreso tecnológico se traduzca en un beneficio compartido, es el desafío que tenemos por delante.

 

Acompáñame en este paso decisivo hacia una inteligencia artificial inclusiva, capaz de democratizar los datos y representarte ante el poder de decisión de manera justa. Solo así podremos enfrentar los desafíos del futuro con una visión colectiva, sostenible y equitativa, donde todos los pueblos del mundo liberen su potencial infinito. Visualiza la Cumbre de las Américas 2025 como tu plataforma de cambio, las industrias clave de la región como tu motor de posibilidades, y un imperio cognitivo regional como tu verdadero camino hacia el progreso sostenible que tanto soñamos.

 

La transformación industrial es colectiva, y la oportunidad es ahora, ven y súmate al cambio.

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